Busco conectar con la emoción profunda de la niñez, de ese primer encuentro con el mar.
Desde ese primer momento, esta inmensidad nos roba un recuerdo, y ese recuerdo nos lo devuelve cada vez que volvemos a su encuentro. Vuelven los castillos con tu papá, las novias de verano, los amigos…Ese secreto, esa imagen, nos es devuelta como un regalo.
El mar también nos iguala. Frente a él, no importa donde hayamos nacido, cuáles sean nuestras riquezas, nuestro trabajo, nuestras preocupaciones o nuestros sueños, en ese instante de contacto, todos somos iguales.